ACTIVIDADES DE
CONTINUIDAD PEDAGÓGICA. LITERATURA
CURSO:
4°5ta
PROFESORA: GABRIELA
GARCÍA
Actividad 1
1.
¿Qué saben
de mitos y leyendas?
2.
¿Qué les
gustaría saber?
3.
¿Cómo
pueden conocer más sobre estos relatos?
Reflexionen sobre sus respuestas y anoten sus
comentarios en su cuaderno.
Actividad 1.1
Comienza
por leer el siguiente mito proveniente de la india titulado “El génesis del
mundo”.
- Lee el título del relato y contesta ¿qué
relación tendrán las palabras “génesis” y “mundo”?
En el inicio, nada existía; no había nada visible o invisible; no existía aire
ni cielo; no había vida ni muerte. Nada anunciaba el día ni la noche. No
existían la aurora coloreada de nácar ni el crepúsculo dorado. Las tinieblas
estaban envueltas en tinieblas, y de esa forma el mundo yacía envuelto en
espesas brumas y sumergido en sueño por todas partes.
Entonces Svayambhu, el ser existente por sí mismo, hizo perceptible el Universo
mediante los cinco elementos primitivos; y al manifestarse el mundo, éste
resplandeció con la claridad más pura, y con ello, se disipó la oscuridad. Y
habiendo decidido él solo hacer que todas las cosas emanaran de su propia
sustancia (de la sustancia del Ser), hizo que surgieran las aguas y en ellas
depositó un maravilloso germen fecundo.
Ese germen se transformó en huevo de oro, brillante como astro de mil rayos
luminosos, en el cual el ser supremo se reveló en la forma de Brama. Después,
por medio de todas las partículas sutiles emanadas del ser, se constituyeron
los principios de todas las cosas que formaron este mundo perecedero.
El ser supremo atribuyó a cada criatura una categoría distinta, y con arreglo a
esa categoría, estableció sus actos, sus funciones y sus deberes. Cada uno de
todos los seres, en virtud de sus actos anteriores de vida,
posteriormente ¨ nacen entre los dioses, entre los
hombres o entre los animales, y constantemente experimentan sus
transformaciones sin fin, a través del mundo que se destruye y se renueva sin cesar.
Después de haber creado el Universo de esta manera, Aquél, cuyo poder es incomprensible, desapareció adentrándose en su alma, y
desde ahí reemplaza el tiempo que pasa por el tiempo que viene. Cuando Dios
vela, el Universo realiza sus actos; cuando duerme, su espíritu queda absorbido
por un profundo letargo y el Universo se destruye a sí mismo. Y por medio de
esos despertares y de esos reposos alternativos, el Ser inmutable hace vivir o
morir al conjunto de criaturas inmóviles o vivientes.
Anónimo, “Génesis del
mundo”, en Emilio Rojas (comp.), Mitos,
leyendas, cuentos,
fábulas, apólogos y parábolas. Volumen iii,
Editer, México, 1999, pp.
2728
Contesta las siguientes preguntas:
1. ¿Quién es el protagonista de este mito?
2. ¿Qué es lo que hizo este protagonista?
3. ¿Qué palabras no entendiste?
4.
¿Conoces
otros relatos que se parezcan a éste, cuáles?
Actividad 1.2
Lee el siguiente mito que te presentamos el cual pertenece a la antigua
civilización griega que dejó una enorme riqueza cultural a la humanidad.
Apolo y Dafne
Eros, el
antiguo dios del amor, cambió su forma entre los Olímpicos. Se convirtió en un
niño juguetón llamado Cupido. Su juguete favorito era un pequeño arco, con el
que lanzaba en todas direcciones dos tipos de dardos: los de oro y los de
plomo. Cuando un dardo de oro alcanzaba a cualquier criatura viviente, encendía
en ella la pasión del amor. Por el contrario, si se trataba de un dardo de
plomo, un sentimiento de desprecio inundaba a la víctima.
En
una ocasión Apolo, el joven dios de la luz, la medicina y las artes, encontró a
Cupido jugando en el campo.
–Regresa al
Olimpo, niño –le dijo– y deja de molestar a los demás con tus caprichos. Mira
esto, continuó mientras mostraba su arco y sus flechas de plata. Éstas son
verdaderas armas y no tus juguetes… Vamos, regresa al Olimpo.
Cupido
agachó la cabeza y se alejó de ahí en silencio, pero no porque estuviera
apenado por el regaño, sino que iba ideando la manera de darle una lección al
engreído Apolo. Pronto supo qué hacer.
Cupido
regresó hasta donde se encontraba Apolo y, sin que éste lo viera, clavó en su
corazón un dardo de oro. Luego echó a volar por el campo hasta que se topó con
una bella jovencita recostada despreocupadamente sobre la hierba.
De nuevo
sin ser visto, atravesó el corazón de la muchacha con un dardo, pero esta vez
de plomo. Después se instaló cómodamente entre las ramas de un árbol para
esperar el resultado de su travesura. Un poco más tarde pasó Apolo caminando
por ahí y en cuanto vio a la muchacha quedó profundamente enamorado de ella.
Por su parte Dafne, que así se llamaba la chica, sintió una repulsión
inexplicable hacia aquel apuesto joven.
Apolo la
saludó, pero ella no hizo caso. El joven dios trató y trató de llamar su
atención, pero no logró hacerlo. Cuando no vio otra alternativa, concluyó: “Si
no quieres mi amor por las buenas, entonces lo tendrás a la fuerza” y se lanzó
sobre ella. Dafne salió corriendo y Apolo detrás. Corrió y corrió aterrorizada,
pero nunca pudo alejarse lo suficiente de su perseguidor, Quien lleno de amor la
seguía. Por fin, cuando Dafne sintió que las fuerzas se le estaban acabando,
imploró a los dioses que la libraran de aquel indeseable Pretendiente. Para
ella resultaba preferible cualquier cosa antes de corresponder a ese amor.
Justo cuando terminó su plegaria, los brazos de Apolo la capturaron. Pero ya no
era la misma: los dioses habían decidido socorrerla.
El cuerpo
de Dafne se endureció, sus pies se hundieron en la tierra y comenzaron a echar
raíces. Apolo adivinó lo que sucedía, pero por más que intentó, nada logró
hacer para impedirlo. Dafne extendió hacia el cielo sus brazos que ya se habían
convertido en ramas, rápidamente el cuerpo de la muchacha comenzó a cubrirse de
corteza y las ramas y el follaje se multiplicaron. Por último,
Apolo
intentó cuando menos besar una sola vez sus labios, apartó el espeso follaje
que cubría la cara de Dafne, pero justamente cuando la iba a besar, la corteza
cubrió por completo el rostro de la joven.
Fue así como Apolo quedó eternamente enamorado de Dafne, quien se convirtió en
un árbol y dio origen a una nueva especie. En griego la palabra Dafne significa
laurel, que hoy en día es un árbol muy conocido. En las imágenes, Apolo siempre
lleva ramitas de laurel en su corona o en su mano, para nunca olvidar a Dafne
Trujillo, Francisco.
Mitología fantástica, Selector, México, 1994
Contesta las siguientes preguntas:
1. ¿Te gustó el mito? ¿Por qué?
2. ¿Por qué crees que en la imaginación de los antiguos griegos, Eros haya
tomado la forma de Cupido?
3.
¿Sabes cómo
son los árboles llamados comúnmente laureles?
POR FAVOR HAGAN CADENA PARA QUIENES NO ESTÉN INFORMADOS. MUCHAS GRACIAS CHICOS. ESPERO VERLOS PRONTO. CUIDENSE MUCHO.