Proyecto de investigación. 6to-2da

    MATERIA: PROYECTO de INVESTIGACIÓN en CIENCIAS   SOCIALES.
     EES Nro.6

PROFESORA: CRISTOFF, ROSANA

CURSO: 6to- 2da

MARZO,2O2O

Estimad@s alumnos,les dejo mi correo y N° de celular, ante cualquier duda, no dejen de consultar.Saludos
rosanacristoff22@gmail.com/ móvil: 1150436883

Fecha de entrega: 27 de Marzo


ACTIVIDAD:

Lee atentamente el texto.
busca la definición de los conceptos y/o términos que te resulten novedosos y desconocidos.
¿Qué es el conocimiento?
Realiza un cuadro comparativo con las formas de conocimiento que aparecen en el texto, menciona  sus características.ca de la época histórica llamada 
¿Cuándo surge el conocimiento científico?
Busca información acerca de la época histórica llamada Renacimiento, realiza una breve síntesis de las ideas principales.
Define el concepto de ciencia.
¿ cual es la relación existente entre, conocimiento científico y ciencia?
Busca información  acerca de Augusto Comte y el Positivismo.(mencionar sus ideas principales).
¿ Por qué se lo denomina a Comte,”El padre del Positivismo”?.  



Conocimiento y ciencia 



El conocimiento es una manera de relacionarse con la realidad, un modo de interpretarla, de dar cuenta de ella. Se expresa en proposiciones que describen objetos o estados de cosas que existen, que existieron o que podrían existir. Es decir que el conocimiento describe, explica y predice.
 Lo que hoy llamamos conocimiento científico es un producto relativamente reciente en la historia de la humanidad, y tiene sus orígenes en otras formas de conocimiento como el saber cotidiano, la mitología y la filosofía , con los cuales se presenta algunas semejanzas y diferencia. 
Luego de un largo trayecto llegamos al surgimiento del conocimiento científico, que podemos situarlo en la época de la historia llamada comúnmente, Renacimiento o Humanismo(siglo XV y XVI)

Porque quién puede describir un hecho y explicar de qué manera ocurre puede al mismo tiempo predecir bajo qué condiciones se podría producir un hecho similar en el futuro, o retrodecir cómo se habrá producido en el pasado.

Describir es enunciar las características de un objeto u estado de cosas, explicar es relacionar los motivos que producen o permiten un hecho, predecir es anticipar un hecho antes de que se produzca y retrodecir es explicar cómo ocurrió. Por ejemplo, un campesino describe las particularidades de ciertas tormentas que le tocó vivir, después establece relaciones entre la temperatura, la densidad de las nubes, la violencia del viento y la agitación de los animales en los minutos previos a aquellas tormentas.

Finalmente, predice que dadas las condiciones (meteorológicas) reinantes, en ese momento, se está por desatar una tormenta similar a las que él experimentó anteriormente. Éste es un ejemplo de conocimiento de sentido común. 

Si se traslada el ejemplo de la tormenta al dominio del conocimiento científico los pasos parecen similares: un experto describe las características de las tormentas que suelen producirse en determinada época del año, luego explica las causas que provocan este tipo de tormenta, y, por último, predice que, dadas las actuales condiciones meteorológicas, en pocas horas más se producirá una tormenta semejante a las descriptas. 

Ahora bien, en principio, los dos tipos de conocimiento tienen cierta similitud. Pero en realidad difieren en varios sentidos. Una de las diferencias fundamentales es el modo de legitimación de cada uno de esos haberes. Todo conocimiento requiere cierta legalidad que lo haga creíble y confiable.

Necesita alguna instancia que lo garantice.

En las prácticas cotidianas se suelen validar los conocimientos apelando a la experiencia propia o ajena. En las distintas prácticas profesionales, los conocimientos se legitiman por medio de títulos habilitantes. En  cambio, en el conocimiento científico, la legalidad proviene fundamentalmente de la precisión y de la coherencia de las proposiciones, así como de la contrastación entre lo que enuncian esas proposiciones y la realidad empírica a la que se refieren. Este segundo requisito no siempre logra cumplirse plenamente. No obstante, si un conocimiento aspira a ser científico, debe aspirar también a alguna clase de contrastación empírica. Resulta evidente que tal requisito no es exigible para las ciencias formales (pues su objeto de estudio no es empírico) ni para buena parte de las ciencias sociales y de algunos desarrollos contemporáneos de las ciencias naturales, donde suelen darse imposibilidades éticas o materiales de validación empírica.



CONOCIMIENTO DE SENTIDO COMÚN Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO 

La adquisición de conocimientos confiables acerca de muchos aspectos de la realidad, comenzó con la especie humana y, en cierto modo, recomienza con cada vida humana. En alguna medida, en cada nueva generación y en cada nuevo ser se repite la historia de la especie. Es decir, cada individuo se ingenia para asegurarse las habilidades e información adecuadas para sobrevivir, desarrollarse y relacionarse con el medio y con otros individuos. 

Los testimonios arqueológicos de que los seres humanos, anteriormente a cualquier vestigio de conocimiento científico, ya manejaban gran cantidad de información a cerca de su medio natural, de las sustancias alimentarias, de la manera de convertir materias primas en refugios, vestidos o utensillos. Además, desde el conocimiento cotidiano (o vulgar, o de sentido común) produjeron fuego, se procuraron medios de transporte y de comunicación. Aprendieron incluso a gobernarse, a desarrollar estrategias de guerras y a construir relatos con los que interpretaban los misterios del cielo y de la tierra.

En esos relatos, el hombre arcaico divinizaba las fuerzas de la naturaleza.
El viento, la lluvia, los ríos, las estrellas, el frío, el calor y los demás fenómenos naturales eran dioses o efectos producidos por los dioses. El hombre, entonces, se relacionaba con el mundo desde los esquemas de un pensamiento mítico. 

Recién en el siglo VII a. C (antes de Cristo), se comenzó a constituir el pensamiento racional. En ese momento aparecieron, en distintas regiones de Grecia, algunos pensadores que intentaron dar respuestas no míticas a los enigmas de la naturaleza. Entonces se dejó de apelar a las fuerzas sobrenaturales para explicar los fenómenos. Se comenzaron a establecer las bases de nuestra actual racionalidad. Es verdad que hasta la modernidad no hubo ciencia, en el sentido actual del término. Pero también es cierto que la condición de posibilidad de la ciencia moderna fue la conformación histórica del pensamiento racional. 

Pero si bien la ciencia responde al pensamiento racional no todo pensamiento racional es científico. La filosofía, por ejemplo, es una disciplina racional, aunque no es ciencia. En la vida cotidiana tratamos de pensar racionalmente aunque no siempre lo hacemos según las reglas del conocimiento científico, cuya racionalidad está específicamente delimitada por otros parámetros preestablecidos. El conocimiento propio de la ciencia es riguroso, pero limitado. Sus propias exigencias internas lo restringen. Es disciplinado y preciso, pero no puede dar cuenta de la multiplicidad de la existencia. Porque atiende fundamentalmente a los aspectos cuantificables y medibles del mundo. El conocimiento científico se caracteriza por ser: 

Descriptivo, explicativo y predictivo.
Crítico-analítico.
Metódico y sistemático.
Controlable.
Unificado.
Lógicamente consistente.
Comunicable por medio de un lenguaje preciso.
Objetivo.
Provisorio.


DESCRIPTIVO, EXPLICATIVO Y PREDICTIVO. El conocimiento común del hombre arcaico le permitía saber, por ejemplo, que ciertos cuerpos (piedras, troncos o animales muertos) no podían ser arrastrados por un sólo hombre, pero sí por varios. No obstante, el conocimiento común ignoraba los motivos de ese hecho. A veces se buscaban explicaciones. Pero las respuestas eran quiméricas (por ejemplo, “un dios lo quiso así”) o animistas (“esa piedra desea ser arrastrada por varios hombres”). Por otra parte, el manejo del lenguaje articulado posibilitaba describir los hechos, aunque del modo que se acostumbraba describir comúnmente; es decir, sin exigencia de precisión y con apreciaciones valorativas. 

El conocimiento científico, en cambio, describe con exactitud y trata de abstenerse de juicios de valor. Deduce sus explicaciones a partir de un sistema de leyes. Por ejemplo, para dar cuenta de un hecho como el recién mencionado (arrastrar cuerpos) se apelaría a las leyes de la mecánica newtoniana. Por otra parte, si se realizaran las mediciones y los cálculos pertinentes, se podría llegar a determinar incluso cuántos hombres serían necesarios para el traslado del cuerpo en cuestión.

CRÍTICO-ANALÍTICO. El conocimiento científico se caracteriza por la crítica y el análisis. Analizar es separar distintos elementos de una totalidad estudiada, y criticar es examinarlos detenidamente a la luz de argumentos racionales. El conocimiento científico explicita entonces los fundamentos de sus afirmaciones por medio del análisis, la interpretación y el juicio. De este modo, no solamente es crítico de sí mismo sino que es expone a la crítica externa. Permite así que cualquier persona que maneje la información pertinente pueda poner a prueba lo enunciado. 

El conocimiento cotidiano también puede ser crítico, pero la crítica suele no ser rigurosa y resultar así inapropiada.

METÓDICO Y SISTEMÁTICO. “Método” etimológicamente significa “camino para llegar a una meta”. En un sentido más amplio, el método es la sucesión de instancias que se cumplen para alcanzar un objetivo. El conocimiento común utiliza diversos métodos para obtener distintos fines. 

El método científico, por el contrario, sigue  procedimientos que responden a una estructura lógica previa. Se trata de un sistema de relaciones entre hipótesis y derivaciones empíricas organizadas y clasificadas sobre la base de principios explicativos. Por lo tanto, los métodos científicos se articulan sistemáticamente en las estructuras de las teorías científicas. Es decir, cumpliendo cierto orden e integrándose a la totalidad de la propuesta teórica. 

CONTROLABLE. A veces las personas que ven luces extrañas en una ruta oscura y solitaria aseguran haber divisado platos voladores. Eso forma parte del conocimiento cotidiano, una de cuyas características es no ser controlable. Es decir, no establecer parámetros que permitan verificar sus afirmaciones o refutarlas. En el ejemplo propuesto, es evidente que se trata de hechos aislados, sin posibilidad de ser insertados en un sistema idóneo de comprensión y con pocas posibilidades de validación empírica (excepto alguna foto o afirmación).

En el proceso del conocimiento científico las cosas parecen ocurrir de distinta manera. Las proposiciones científicas son controlables por elementos de juicio fácticos. 

UNIFICADO. El sentido común no busca principios generales que den cuenta de todas y cada una de las afirmaciones acerca de la realidad. No ocurre lo mismo con las ciencias, donde se busca cierta unificación de los conocimientos. La unificación a veces toma la forma de un sistema deductivo. Y puede darse el caso de que unos pocos principios basten para demostrar varios fenómenos, como en la explicación del movimiento mecánico de la física newtoniana. 

Es verdad que actualmente el conflicto entre las teorías tradicionales y los nuevos paradigmas científicos ha dejado un tanto desactualizado el ideal científico moderno de explicar la mayor cantidad de fenómenos con la menor cantidad de leyes posibles. No obstante sigue vigente la idea de que los haberes deben unificarse dentro de cada disciplina científica. Se trata, en esencia, de manejar un mismo sistema de signos, de acordar cierto tipo de métodos y de consensuar significados. 

LÓGICAMENTE CONSISTENTE. La física matemática se estableció bajo el ideal de una sistematización lógica rigurosa. Todas las proposiciones de la ciencia debían ser formalizables. Esto es pasibles de ser traducidas a relaciones entre signos vacíos de contenido. Hoy se acepta que no todas las proposiciones de la ciencia son formalizables. Pero se sigue exigiendo rigor lógico. No ya en el sentido de formalización absoluta, sino de coherencia interna y validación empírica de las teorías.

COMUNICABLE POR MEDIO DE UN LENGUAJE PRECISO. El lenguaje corriente describe, valora, expresa sentimientos, creencias y opiniones. Además, los términos del lenguaje ordinario suelen ser vagos, en el sentido de que lo designado no está claramente determinado (por ejemplo, “mucho”, “poco”, “viejo”). Y a veces son también ambiguos; esto sucede cuando los términos tienen más de un significado (“vela”, “banco”, “banda”.  El lenguaje científico,  por el contrario, busca comunicar eliminando la ambigüedad, es preciso
Así mismo, se propone eludir la vaguedad y ser unívoco. Trata también de no valorar, es neutro. Y pretende informar.
A estos postulados tradicionales del lenguaje científico se agrega otro, relativamente nuevo, pero implacable: “la ciencia”. 

OBJETIVO. Se considera “objetivo” lo que logra acuerdos intersubjetivos. 
Paradójicamente, aunque objetivo es lo contrario de subjetivo, algo  es tanto más objetivo cuando más coincidencias intersubjetivas obtenga. En principio, esto es así tanto en el conocimiento de sentido común como en ciencia, si bien en ésta última se impone una exigencia más. Las conclusiones a las que llega un investigador deben ser tales que sea posible volver a producirlas. 

Los enunciados de la ciencia deben formularse de manera que otros investigadores puedan producir el experimento y someterlo a prueba experimental, para confirmarlo o refutarlo. 

PROVISORIO. Las leyes científicas son proposiciones de alcance universal. De ellas se deducen consecuencias observacionales, a partir de las cuales se pueden derivar enunciados observables. Estos enunciados tienen alcance singular. Por lo tanto, son factibles de ser contrastados con la experiencia para determinar su valor. 
Ahora  bien, el hecho de que un enunciado observacional se revele como verdadero no autoriza a afirmar que la ley de la cual se derivó también lo sea. 
Porque un enunciado observacional se remite a un caso particular, en consecuencia, es testeable con la experiencia. Pero la ley, en tanto universal, nunca puede ser chequeada con la experiencia. Por lo tanto queda abierta la posibilidad de que alguna nueva contrastación empírica la refute. 













CIENCIA

  El conocimiento científico no es una entidad abstracta sin anclaje en lo real. Está registrado  en publicaciones, grabaciones, protocolos, conclusiones de investigaciones, bancos de datos, unidades de redes informáticas, así como las aplicaciones concretas de la ciencia. Se genera en las prácticas y los discursos de la comunidad científica. Además, está relacionado con el reto de la sociedad. Por consiguiente, “ciencia” es un término de mucho mayor alcance que “conocimiento científico”.

  El conocimiento científico, entonces, forma parte de la ciencia. Pero la ciencia es más abarcativa, pues comprende también las institutos  gubernamentales y privadas que intervienen en investigación científico tecnológica .
El término ciencia comprende varios sentidos.Sin embargo, hay dos que interesan especialmente aquí.Uno de ellos es de mayor extensión: se refiere al conocimiento que cada época histórica considera sólido, fundamentado y avalado por determinadas instituciones . El otro sentido es más preciso: alude al conocimiento surgido entre los siglos XVI y XVII, cuyos fundadores fueron Copérnico, Galileo y Newton, entre otros, y que junto con las instituciones e las que se ha desarrollado , y se desarrolla, constituye la empresa científica. 

  El paradigma inicial de esta ciencia (la moderna) es el físico-matemático. Hacia fines del siglo XVIII, otras disciplinas, como la química, la biología y las ciencias sociales fueron logrando también su inclusión en el terreno de la ciencia , durante el siglo XX aparecieron y actualmente siguen apareciendo nuevas disciplinas científicas. Se puede discutir la independencia o pertenencia científica de algunas   de las nuevas disciplinas, sea porque se las considere una prolongaciónes de las ciencias que ya existían, o porque se entienda que no  pertenecen a la ciencia sino a la técnica, Tal es el caso de  la informática. De todos modos, en la episteme actual, (ciencia), ya no parece posible separar la ciencia de la tecnología , aunque tal separación resulte eficaz con fines de análisis. 

Biblioteca Quino: Comisiones Evaluadoras ABRIL 2022

                             ABRIL  2022