5°1°-5°2° HISTORIA PROF. RAMÍREZ MÓNICA






CURSO: 5°1°-5°2°
PROF. MÓNICA RAMÍREZ
MATERIA: HISTORIA
ACTIVIDADES 13/4 AL 26/4

TEMA: SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

EXPLICACIÓN: ante el avance de las fuerzas aliadas desde el este de Europa, Alemania se ve cercada después del día D (desembarco aliado en Normandía), Hitler se suicida a finesde Abril de 1945 y Alemania se rinde; y va a firmar tratados de paz. Pero la guerra no finaliza, los enfrentamiento continúan en el Pacífico: el Imperio de Japón combate con las fuerzas aliadas hasta el de EEUU con el lanzamiento de las bombas atómicas, el 6 de Agosto de 1945 en Hiroshima y el 9 de Agosto de 1945 en Nagasaki. Luego Japón se rinde y la guerra finaliza.
Mientras la guerra continúa en el Pacífico, en Europa se producen grandes cambios a raíz de las medidas tomadas por los Aliados, y el descubrimiento de los soldados rusos de los campos de concentración.
Durante la segunda guerra mundial hubo denominados guetos (barrios judíos), el más grande fue el gueto de Varsovia y también diseminados por Europa campos de concentración: divididos en campos de trabajo y campos de exterminio.

Hoy vamos a trabajar con testimonios históricos:

(Hay que prestar atención al relato de los protagonistas). Cuando estos hechos sucedieron todavía no se había creado la O.N.U. (Organización de las Naciones Unidas).

Solución final:


La solución final, también conocida en la terminología nacionalsocialista como «solución final de la cuestión judía» (en alemánEndlösung der Judenfrage), es el nombre del plan del Tercer Reich para llevar a cabo la eliminación sistemática de la población judía europea durante la Segunda Guerra Mundial. Solo después de la guerra se empezó a conocer a la «solución final» como el Holocausto o Shoah, es decir, al proceso que involucró la deportación sistemática y exterminio de toda persona clasificada como judía por los nazis independientemente de la religión que profesara. La expresión «solución final» fue empleada por Adolf Eichmann, funcionario nazi a cargo de la primera instancia del asesinato en masa, a la que él denominó «reinstalación»
La segregación y persecución de la judeidad europea fue llevada a cabo en varias etapas. Después de que los nazis llegaran al poder y del «Putsch de Röhm», en el verano de 1934, el racismo impuesto por los nazis acabó en legislación antisemita, con las Leyes de Núremberg aprobadas el 15 de septiembre de 1935 que negaban la ciudadanía del Reich a los judíos alemanes, y con una Ley para la Protección de la Sangre, prohibiendo todo matrimonio mixto entre judíos alemanes y alemanes no judíos; viéndose poco a poco despojados de todos sus derechos como ciudadanos.​ Boicots, “arianización” y los pogromos del 9 de noviembre de 1938, conocidos como la Noche de los cristales rotos (Kristallnacht), cuando 30 000 judíos fueron deportados en masa a los campos de concentración de SachsenhausenBuchenwald y Dachau.​
Con la política del terror se pretendía acelerar el proceso de emigración de los judíos. Se segregó y aisló sistemáticamente a los judíos del resto de la sociedad alemana, luego también se los forzó a salir de Alemania.​
Después de la invasión alemana de Polonia de 1939, que significó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la política antisemita perpetró un detallado plan para concentrar y luego aniquilar a los judíos europeos. Primero crearon guetos en el Gobierno General (un territorio en Polonia central y oriental, en el cual los alemanes crearon un gobierno alemán) y el Warthegau (una zona de Polonia occidental anexada a Alemania). Los judíos de Polonia y de Europa occidental fueron deportados a esos guetos.

Después de que los alemanes invadieran la Unión Soviética en 1941, los Einsatzgruppen empezaron operaciones de matanza dirigidas a comunidades enteras de judíos. Esta fue la primera vez que se utilizó el exterminio masivo y organizado como un método para resolver "la cuestión judía".​
Las SS pronto organizaron los métodos de los equipos móviles, predominantemente fusilamientos o camiones de gas llamados «camiones-fantasma», usados ya en 1940 para exterminar a los enfermos mentales de determinados hospitales psiquiátricos. Pero los consideraron como «ineficientes» y psicológicamente «difíciles» para los «ejecutantes».


El hombre que sobrevivió a ocho campos de concentración nazis

Tom MullenBBC  
8 de octubre 2015
 

Cuando Ferster y sus compañeros prisioneros iban a ser fusilados, las fuerzas aliadas irrumpieron en el campamento y fueron liberados. (Foto: Archivo)
"Llegamos a las 12 de la noche. Había un silencio mortal y la vista era aterradora".
Así relata Chain Ferster las que fueron sus sensaciones al pisar por primera vez en su vida un campo de concentración.
"Podíamos ver en la distancia las llamas que emanaban de cuatro chimeneas. No me di cuenta, entonces, de que eran crematorios".
Fueron dos días enteros de calvario, soportando terribles condiciones de trabajos forzados, malnutrición y tifus.
En el último momento
Y justo cuando él y sus compañeros prisioneros iban a ser fusilados, las fuerzas aliadas irrumpieron en el campamento e hicieron posible su liberación.
Nacido en una familia judía ortodoxa y criado en la ciudad polaca de Sosnowiec, el protagonista de esta trágica historia tenía 17 años cuando estalló la guerra en 1939.
Ahora bisabuelo, recuerda con detalle los crecientes temores de las comunidades judías, a medida que llegaban más y más noticias sobre la expansión militar de Alemania.
A sus 93 años, vive actualmente en Cheetham Hill, Mánchester, Reino Unido, donde se estableció en 1946.
"Se podían ver los aviones alemanes. Los nazis invadieron Sosnowiec muy rápidamente", contó Ferster a la BBC.
"Recuerdo que los judíos estaban verdaderamente preocupados sobre todo lo que estaba a punto de suceder".
Vivir con miedo
Entonces llegó el racionamiento, la hambruna generalizada y las enfermedades en los guetos.
Y, más tarde, la deportación de miles de familias de judíos a campos de concentración.
"Teníamos cartas de racionamiento y no había mucha comida en las tiendas para cumplir con esas raciones", recuerda Ferster.
"No teníamos medicación. La gente se estaba muriendo y la vida era muy difícil. Y en un momento dado, reunieron a varios líderes de la ciudad y les dispararon. Así, sin más".
En 1943, a la edad de 20 años, los nazis fueron a buscarlo a su casa.
En medio del caos, había logrado evitar que lo arrestaran un año antes, cuando su madre y hermana desaparecieron y su padre, Wolf, murió de neumonía.
 


Chaim Ferster tenía 17 años cuando estalló la guerra, en 1939. Burló a la muerte en ocho campos de concentración.


"Todo el mundo sabía que la gente que era seleccionada por la Gestapo nunca volvía", afirma Ferster.
Con esta idea en mente, un pariente le instó a aprender una habilidad que lo hiciera útil para los alemanes: arreglar máquinas de coser, convirtiéndose en un "mecánico".
Entre 1943 y 1945, vivió en ocho campos de internamiento diferentes, en Alemania y Polonia, donde tuvo que soportar terribles condiciones que terminaron con la vida de muchos.
Ferster recuerda que lo obligaron a cambiar bloques de cemento de un carretera a temperaturas extremas.
"Hacía un frío insoportable, unos 25 o 26 grados bajo cero", recuerda.
"Los soldados comenzaron a golpearnos, gritándonos y diciendo que no éramos lo suficientemente rápidos. Muchos de ellos no pudieron soportarlo, tenían neumonía. Y algunos murieron".
Hacia finales 1943, durante un brote de tifus en un campo de concentración, Ferster cayó gravemente enfermo. Hubo muchos muertos.
De nuevo, logró sobrevivir.
Sin embargo, Ferster todavía conserva una horrible imagen en su memoria: "Había muchos palés con cuerpos apilados, seis de un lado y seis del otro lado, formando torres altísimas".
Campo de Auschwitz-Birkenau
§ Comenzó a ser construido en 1940 y llegó a ocupar 40 kilómetros cuadrados
§ Cerca de un millón de judíos fueron asesinados en ese campo de concentración
§ Otras víctimas incluían romaníes (gitanos), discapacitados, homosexuales, disidentes, polacos no judíos y prisioneros soviéticos
Campos de Concentración






En las "duchas" de Auschwitz
Finalmente, Ferster fue deportado a Auschwitz.
Recuerda muy bien las infames "duchas" y los prisioneros que eran enviados allí.
"Nos pusieron en un grupo. A todos nosotros, en un grupo especialmente grande. A la mañana siguiente, algunos fuimos seleccionados para ir a las duchas", cuenta.
"Fuimos allí, a la misma ducha donde otras personas habían muerto gaseadas. Pero cuando entramos, cayó agua -en lugar de gas- y pudimos lavarnos".
 
Ferster fue uno de los pocos que sobrevivió a Auschwitz, campo cuya liberación tuvo lugar en enero de 1945.
Pero, en la primavera de ese año, a medida que Alemania perdía la guerra, los nazis comenzaron a acelerar su plan para ejecutar a los prisioneros judíos.
Como resultado, Ferster se encontró en otro grupo de prisioneros que viajaron por Alemania hasta otro famoso campo de detención, Buchenwald.
Fue allí donde Ferster creyó que moriría.
Ansiada libertad
Los prisioneros estaban siendo asesinados en masa, día tras día y, la mañana después de su llegada, Ferster estaba con un grupo de compañeros de prisión, esperando un destino similar.
Pero, justo cuando Ferster y los demás estaban siendo llamados para su ejecución, el campo fue liberado.
"De repente, llegaron los aviones estadounidenses y todos los soldados alemanes huyeron", recuerda.
"Y, media hora o una hora después, un tanque americano atravesó las puertas de Auschwitz. Y los soldados nos decían: '¡Sois libres, sois libres!'"
 
Más adelante descubrió que tan sólo otros dos miembros de su familia sobrevivieron al Holocausto, su hermana Manya y su prima Regina.
Entre lágrimas, Fersted añade: "No me lo podía creer. No me lo podía creer".
Cuando emigró a Inglaterra, trabajó durante un tiempo para una empresa de reparación de máquinas de coser. Más tarde fundó su propio negocio y tuvo gran éxito.


Mujeres en los campos de concentración

Abundaban los testimonios de prisioneros. Ahora, se rescata la voz de ellas



 

Prisioneras en Auschwitz
Eva Cosculluela Actualizado:07/02/2020 02:05h
La literatura del Holocausto ha sido tradicionalmente escrita por hombres y «cuando las mujeres supervivientes rompieron el silencio, los hombres ya habían copado todo el espacio», escribe Giuliana Tedeschi. Pero ellas también estuvieron allí y también lo contaron: en los últimos años, han aparecido valiosos testimonios de mujeres prisioneras de Auschwitz-Birkenau, Ravensbrück o Bergen-Belsen que narran lo vivido en libros que dialogan entre ellos. Mientras los hombres contaron su experiencia poco después de lo sucedido y muchos hicieron carrera literaria, no fue así en el caso de las mujeres, que han necesitado poner distancia para que el odio no cegara su escritura. Para un hombre, sobrevivir a los campos era un milagro. Una mujer tenía el 50 por 100 de probabilidades.
Nada más llegar, las prisioneras eran desnudadas como forma de humillación y sometimiento. Les quitaban la ropa y les rapaban el pelo para que todas fueran iguales. Les quitaban su identidad. Pero a las mujeres, además, les quitaban algo más íntimo: con el ayuno severo y el trabajo extenuante, en pocos días perdían la forma de su cuerpo y se les retiraba la menstruación. Les quitaban su condición de mujer. Muchas fueron esterilizadas, forzadas a abortar o las secuelas les impidieron ser madres. Las que estaban embarazadas veían como sus hijos morían de hambre nada más nacer; algunas los asfixiaban para evitarles el sufrimiento. Quienes tenían hijos menores de trece años, presenciaban cómo los llevaban a la cámara de gas.
Tras haberles quitado su ropa, a las mujeres que no eran arias les daban otra que había pertenecido a una prisionera muerta. No importaba si era grande o pequeña: era la única que tenían. También les daban zapatos desparejados, muchas veces uno de tacón y otro plano de hombre, y tenían prohibido intercambiarlos entre ellas. Una decisión nada casual para Goti Bauer: «Era intencionada, estaba tomada para privarnos no sólo de nuestras cosas sino también, y, sobre todo, de nuestra dignidad como personas».
Cuando Ginette Kolinka volvió a Birkenau cincuenta y cinco años después, le pareció un decorado: faltaban el barro y la suciedad, el humo de las chimeneas, el intenso frío que pasaban cuando les hacían salir de la ducha sin secarse en medio de la noche helada, los gritos y los golpes arbitrarios de las kapos. Faltaba, sobre todo, el olor, «una mezcla de carne quemada, aunque eso aún no lo sabíamos, y de mugre».
Las prisioneras vivían hacinadas y sin nada más que los harapos que llevaban puestos. Un pedazo de pan o una mondadura de patata eran un lujo. Odette Elina se avergüenza al recordar cómo robaban a las muertas. Anise Postel-Vinay estuvo en Ravensbrück marcada como «NN», noche y niebla. Así señalaban a las personas susceptibles de desaparecer sin dejar rastro. Eran las favoritas para los experimentos de Mengele: mujeres a las que inoculaban virus del tétanos o de la gangrena gaseosa directamente en los huesos, a las que dejaban morir para observar la enfermedad; mujeres a las que quitaban músculos de las piernas o causaban grandes heridas que no curaban. Las que lograban sobrevivir quedaban mutiladas para siempre.
Si las judías eran prisioneras de segunda, las gitanas eran todavía inferiores en la jerarquía de los campos. El testimonio de Ceija Stojka en Bergen-Belsen es desgarrador: dormían a la intemperie, comían tierra y bebían el rocío que destilaba el alambre de las vallas. Para resguardarse del frío, los niños se refugiaban entre los montones de cadáveres; tenían el tronco abierto, porque por el camino les habían vaciado las entrañas para comérselas.
La única autora que aborda el tema desde la ficción es Java Rosenfarv, superviviente de Auschwitz y de Bergen-Belsen. Y, curiosamente, es la única que menciona la violencia sexual, quizás protegida por la distancia que la ficción le permite poner. En sus relatos condensa sus experiencias como superviviente, muchas compartidas con el resto de autoras: su dificultad de adaptación a una vida normal, el peso de la culpa por haber sobrevivido, la vergüenza por haber actuado de forma miserable, el recuerdo del horror.
«No profundizo nunca en determinados aspectos porque no tengo el valor de ir hasta el final del testimonio extremo», escribe Liliana Segre. En estos testimonios, las autoras narran hechos terribles, auténticas atrocidades. Pero los textos dejan ver que hay mucho más y que sus autoras no han sido capaces de contarlo. Lo que vivieron fue mucho peor. Aunque nos sobrecoja lo que cuentan, no han sido capaces de relatar lo que verdaderamente es el espanto.
Leer los testimonios y responder:
1) ¿Quiénes son los protagonistas de estas historias?
2) ¿Cómo era un campo de concentración según sus testimonios?
3) ¿Cómo era la vida en un campo de concentración?
4) ¿Cómo eran tratadas las mujeres?

AVERIGUA:
5) ¿Cuándo se creó la O.N.U? ¿Cuál es su función?

TEMA: EUROPA AL FINALIZAR LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
LECTURA Y ANÁLISIS DE MAPA HISTÓRICO
Volvemos a leer el siguiente mapa: (tener en cuenta las referencias)
1) ¿Que territorios adquirió la U.R.S.S. (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas?
2) ¿Que territorios adquirió Polonia a expensas de Alemania?
3) ¿Que territorios adquirió Bulgaria a expensas de Rumania?
4) ¿Que territorios adquirió Yugoslavia a expensas de Italia?
5) ¿Que territorios adquirió Grecia a expensas de Italia?






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